
Foto de internet (si molesta la quito..)
En toda ciudad hay calles frías, donde no llegan los rayos de sol y sus transeúntes viajan cómodamente en abrigos de marca.
Las hay en permanente primavera llena de juventud y desaliñados estudiantes que ríen al sol.
Por último, están las que depende por la acera que se camine, se encuentra: un invierno solitario o un verano que luce con glamour las miserias de los sin techo al cielo, junto a las risas de niños.
En la acera del invierno las macetas de los árboles se llenan de trozos de hielo, de corazones oxidados.
En una baldosa gris, de la acera de enfrente; hay trozos de cristal de un corazón. Los que pasamos por allí, echamos la mano derecha a nuestro lado izquierdo; unos por lo sobrecogedor que tuvo que ser el amor y otros; por si el corazón esparcido en cristales rotos por el suelo, sea el de uno mismo.
Santa 28-ene-2010