Tras "El Almanzor" el Sol
Cuando te dicen que se ha muerto un amigo, no sabes qué hacer ni que decir… Te vienen a la memoria las imágenes de días en la montaña trepando entre risas y bromas. Y las jarras de cerveza en el Manolo entre raciones de buena charla.
Fernando era un luchador y un fumador empedernido. También era deportista y sobre todo buena gente. Superó hace cinco años un cáncer que los médicos daban por definitivo.
Hace siete meses volvió, para llevarse al cielo la sonrisa pícara de Fer; que nos guiará en las noches solitarias sin luna, con niebla fría, cuando uno duerme en el saco acompañado por los sonidos de la montaña.
La muerte le pilló feliz; haciendo lo que más le gustaba, en buena compañía, tenía 50 y tantos… Qué importa la edad física; su alma siempre fue joven. De qué, si no iba a escalar las paredes que subía con esa fuerza, consciente de que el tiempo se acababa.
Tu amigo Alberto se me echó a llorar hoy, por teléfono; al enterarse por un sms que no te vería más en tu casa.
Tenemos pendiente Alberto y yo abrir una vía para ti. De momento seguiremos escalando la vida; tanto la vertical como la horizontal.
Seguiré, recordándoos a los que faltáis; sintiendo hasta quemar la piel, en las puesta de sol del desierto Africano y en los Oasis de felicidad que regala la vida.
Fernando era un luchador y un fumador empedernido. También era deportista y sobre todo buena gente. Superó hace cinco años un cáncer que los médicos daban por definitivo.
Hace siete meses volvió, para llevarse al cielo la sonrisa pícara de Fer; que nos guiará en las noches solitarias sin luna, con niebla fría, cuando uno duerme en el saco acompañado por los sonidos de la montaña.
La muerte le pilló feliz; haciendo lo que más le gustaba, en buena compañía, tenía 50 y tantos… Qué importa la edad física; su alma siempre fue joven. De qué, si no iba a escalar las paredes que subía con esa fuerza, consciente de que el tiempo se acababa.
Tu amigo Alberto se me echó a llorar hoy, por teléfono; al enterarse por un sms que no te vería más en tu casa.
Tenemos pendiente Alberto y yo abrir una vía para ti. De momento seguiremos escalando la vida; tanto la vertical como la horizontal.
Seguiré, recordándoos a los que faltáis; sintiendo hasta quemar la piel, en las puesta de sol del desierto Africano y en los Oasis de felicidad que regala la vida.
Lo siento por tu amigo, descanse en paz.
ResponderEliminarun beso
Lo siento muchisimo por tu amigo,muy generosa tu dedicatoria, su recuerdo permanecerá siempre en el sol de tus miercoles...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y miles de besos dulces...