Libro-poster de poesías 'El Amor Te Espera' de Fabián Negrín (feria del libro)
El amor espera; no sabemos en qué corazón (o sí) ni por cuanto tiempo, ni cuando nació.
El enamoramiento florece a poco que se perciben las señales de la primavera. Dejamos que se derrita el iceberg en el que flotamos a la deriva; para probarnos en tierra firme; donde los sentidos olvidados, despiertan de pronto de su letargo con el roce de otra piel, cambiando el equilibrio estático por el movimiento conjunto de abrazos y besos.
Tras la estación estival viene quizás el amor, mantenido con hermosas brasas de la pasión que arden lentamente; o un crudo invierno polar si los posos del enamoramiento son cenizas vacías, secas, ingrávidas.
Confundimos amor con enamoramiento. ¿Hechos con buenas razones? ¿Hacer el amor con sexo? ¿Madurez con adolescencia? ¿El sol con una estrella fugaz? ¿La luna con un cometa? ¿Poesía con prosa?
Hay que invertir tiempo para derrocharlo en conocer y conocerse; en sacar con cuidado de la mochila todo lo aprendido en la vida. Compartir (si llevamos) fruta fresca y bombones de chocolate puro; en un labio contra labio.
Evaluar si compartimos un camino con paisajes de ensueño o retomamos casi mejor cada uno el suyo; si la mochila lleva pesados bultos innecesarias como rencor, miedo, indeferencia o el negro vacío.
Pasamos la vida entre enamoramientos y amores. Decepciones e ilusiones. Aprendemos qué queremos y quién nos ama de verdad.
Hay también el (la) que permanece al margen de tanto ajetreo emocional, sin arriesgar la piel a sufrir o encontrar quizás, la felicidad compartida.
Flotando en un mar muerto, lejos de Cupido su velero. Viendo amar a los peces de colores en el fondo; hasta que un día desaparece en el agua como un pequeño iceberg derretido por el sol.
El enamoramiento florece a poco que se perciben las señales de la primavera. Dejamos que se derrita el iceberg en el que flotamos a la deriva; para probarnos en tierra firme; donde los sentidos olvidados, despiertan de pronto de su letargo con el roce de otra piel, cambiando el equilibrio estático por el movimiento conjunto de abrazos y besos.
Tras la estación estival viene quizás el amor, mantenido con hermosas brasas de la pasión que arden lentamente; o un crudo invierno polar si los posos del enamoramiento son cenizas vacías, secas, ingrávidas.
Confundimos amor con enamoramiento. ¿Hechos con buenas razones? ¿Hacer el amor con sexo? ¿Madurez con adolescencia? ¿El sol con una estrella fugaz? ¿La luna con un cometa? ¿Poesía con prosa?
Hay que invertir tiempo para derrocharlo en conocer y conocerse; en sacar con cuidado de la mochila todo lo aprendido en la vida. Compartir (si llevamos) fruta fresca y bombones de chocolate puro; en un labio contra labio.
Evaluar si compartimos un camino con paisajes de ensueño o retomamos casi mejor cada uno el suyo; si la mochila lleva pesados bultos innecesarias como rencor, miedo, indeferencia o el negro vacío.
Pasamos la vida entre enamoramientos y amores. Decepciones e ilusiones. Aprendemos qué queremos y quién nos ama de verdad.
Hay también el (la) que permanece al margen de tanto ajetreo emocional, sin arriesgar la piel a sufrir o encontrar quizás, la felicidad compartida.
Flotando en un mar muerto, lejos de Cupido su velero. Viendo amar a los peces de colores en el fondo; hasta que un día desaparece en el agua como un pequeño iceberg derretido por el sol.
Santa 7-06-09
Que gusto llegar hasta aqui, y un remanso detenerme en estas palabras.
ResponderEliminarUn calido saludo.
Santa, no se que error ha ocurrido que tu comentario no se ha publicado en mi blog...¡que pena!
ResponderEliminarGracias!!!y disculpas no se que paso...
Un abrazo
hermosas flores.... y si que el amor espera... siempre espera!!!
ResponderEliminarbesos Santa que tengas una hermosa semana!
♥
hay que tirarse sin red, de nada vale esperar... el amor todo lo puede, se pierde y se gana, como bien dices, pero lo maravilloso de la vida es apostar...
ResponderEliminarUn abrazo y mil besos desde este lado