Cuida tus Pensamientos porque se volverán Palabras.

Cuida tus Palabras porque se volverán Actos.

Cuida tus Actos porque se harán Costumbre.

Cuida tus Costumbres porque forjarán tu Carácter.

Cuida tu Carácter porque formará tu destino

Y tu Destino será tu vida...

_____________________________Mahatma Gandhi (1969-1948)

28/5/10

Otoño en Primavera

 
                                                  Antes de entrar en Dridam verás unas murallas grises, y por encima de ellas torres que acarician el azul del cielo. Al llegar a su periferia, las murallas desaparecen dejando a la vista del viajero calles anchas que acaban en rotondas, flanqueadas por altos edificios de corte futurista y a sus pies parques; donde sus habitantes paran a comer el almuerzo, los jubilados pasean y los niños juegan en los columpios.
                              Todo parece normal, hasta que por los rincones menos visibles se descubren personas enfermas; durmiendo en los bancos de los parques, bajo las marquesinas de tiendas cerradas por cese de negocio; en los túneles construidos para transportar a sus habitantes de un lugar otro, hacinados en artefactos mecánicos. Sombras de lo que fueron un día y que pisan las prisas de los demás.
Las calles parecen limpias, pero están llenas de máquinas sucias que recogen la corrupción desbordante que germina entre cemento y asfalto. Al caminar entre sus habitantes descubres gestos tensos, rabia contenida, miradas cargadas de balas vengativas.

                           Pasados unos días si te miras al espejo, verás un rostro triste, desconocido; de náufrago ahogándose en mitad de un mar de gentes igual que tu.

                          Decides poner fin a la estancia en Dridam; pero frenas la salida bruscamente. Ves parques floridos. Ves que los pétalos de las rosas, azucenas, tulipanes, begonias, violetas son billetes de curso legal y los girasoles cargados de monedas. Si vas a coger una rosa, recibirás una descarga eléctrica en el brazo, propinada por la porra de un vigilante oculto.
                          Si pruebas suerte en otros parques; sufrirás la misma suerte. En Dridam no se ve a los agentes de seguridad, pero cuando haces algo que no debes hacer; tendrás un castigo. Los parques y jardines son inmensos almacenes de dinero en flor, que la gente tiene al alcance de la mano, pero que nunca será suyo.
                          El olor de la ciudad apesta a pétalos de papel, a variedad de corrupción en formas y tamaños. Todo apesta; hasta los ramos de flores de colores que regala el enamorado a su amada.
Es muy fácil entrar, pero muy difícil salir; por el ruido atronador de sus máquinas que atrofian los sentidos.

                          Si consigues alejarte de ella volverás a ver el muro invisible, gris, oscuro, de la corrupción que rodea la ciudad. Un muro que no deja entrar el aire limpio con olor a campo y mar, que traen los vientos alisios de los trópicos; dejando varadas en un desierto sin sueños ni esperanzas, las vidas de las hormigas en Dridam.

3 comentarios:

  1. Y yo me pregunto como podrían escapar las hormigas de su propio destino si no se paran ni siquiera un poquito a pensar,¿qué hacer para dejar atrás otro tiempo y hacia donde dirigirse..?
    Besos desde un lugar oscuro un viernes al Sol

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  2. Cómo escapar si estás siempre rodeado, cómo salvarse si te condenan una y otra vez... fuera y dentro ¿ qué mal será ese que no desiste ?? malos tiempos compañero...
    Besos tristes de oscuros presagios

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  3. Parecida a esa valla...es la que muchas veces veo que rodea mi vida...
    bonito post...pero triste...reflexivo...
    un abrazo santa

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"No es necesario apresurarse. No es necesario brillar.
No es necesario ser nadie más que uno mismo"

Virginia Woolf (Londres 1882-1941) Novelista y Ensayista británica

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