Foto gentileza de Antonio Aumente Rivas(playa de Benidorm)
Excesivos coches aparcados con chofer vestido de uniforme gris oscuro. Excesivo ruido de motor de camiones sacando escombros de las obras entre el sonido del claxon de los coches inmovilizados. Unas piernas de mujer se abren paso hacia los grandes almacenes a golpe seco de sus tacones. En el semáforo hay una conversación acorde con el traje de Armani que visten; hablan de las pistas de ski en un pueblo de los Alpes italianos. La excesiva nieve caída que dificulta el paso de sus coches.
Esta es una ciudad llena de excesos. Por abajo hay demasiados pobres que sobreviven como pueden de los excesos de los de arriba. Los de arriba, esos políticos intocables; esos banqueros de cuello rígido y mirada dura; esos empresarios de altos vuelos que dejaron tirados en tierra los sueños de emigrantes, oficinistas y obreros; todos ellos en la cúspide de la ola, de los rasgacielos que tengan cuidado con sus excesos.
Hasta la justicia( la de andar por casa me refiero) también comete excesos con los despedidos sin fronteras y cuida de no herir sensibilidades a sindicatos excesivamente corruptos; a las ordenes del poder que más les pague.
La sociedad de los excesos publicitarios, de sexo remunerado in the happy hour de hotel de cuatro estrellas y pobreza ruin en caricias dentro del hogar; de violencia machista y revancha feminista; pero sobre todo excesiva superficialidad y prisa por consumir egoístamente cada uno su vida con algún amor excesivamente pequeño y grandes apariencias de felicidad... Todo esto se paga.
Cuando exprimes tan deprisa las naranjas de abajo; que las dejas sin sueños, sin ilusiones, sin nada que perder... Entonces puede suceder cualquier exceso inexplicable; como que las hormigas se junten y devoren los sueños, la tranquilidad, la seguridad, la paz... de los que viven tan arriba que no se dan cuenta de la cantidad de vidas que pisan con sus excesos cada día.
Hoy hace excesivo frío para sonreír. Incluso las palabras que se escriben buscando una sonrisa, se quedan en mueca sin saber por qué.