La salud de nuestros hijos

Yo he sido testigo de la fumigación con productos tipo DDT (cuando tenía 6 años) en la aldea de Lugo donde pasaba los tres meses de verano en casa de mis abuelos. Dicha práctica fue remplazada en día por otros productos autorizados y menos peligrosos.

A día de hoy se usan químicos para quemar las zarzas de los caminos y está multado el vertido sin control de excrementos en las granjas de cerdos.

Los campos se abonan con estiércol de vacas. A las que se alimentan con hierba y piensos (que supuestamente se controlan desde que apareció el mal de las vacas locas) aunque cada vez pagan menos por la carne en origen y los gastos para el paisano aumentan (gasoil para maquinaria, luz, impuestos, etc.)

En Galicia poco a poco van desapareciendo los pequeños ganaderos (menos de 12 vacas) para quedar solo las explotaciones de 30 vacas en adelante… donde la maquinaria sustituye al hombre a la hora de ordeñar, etc., etc.

Así es común encontrar a la gente mano sobre mano o en la barra del bar, mientras cobran una subvención por dejar las labores ganaderas (supuesto exceso de leche…)
en diez años muchas aldeas estarán habitadas por fantasmas…

Un tío mío falleció de cáncer (colon) a los 70 años, paisanos con el mismo cáncer también conozco; pero en Madrid se dan los mismos casos en condiciones totalmente distintas.

Lo único en común es la alimentación. He de reconocer que tengo asumido esa lotería y compro en un Ahorramás, Alcampo o la frutería o pescadería del barrio.

Pero la futura alimentación y con ella la salud de mis hijos me preocupa.