Cuida tus Pensamientos porque se volverán Palabras.

Cuida tus Palabras porque se volverán Actos.

Cuida tus Actos porque se harán Costumbre.

Cuida tus Costumbres porque forjarán tu Carácter.

Cuida tu Carácter porque formará tu destino

Y tu Destino será tu vida...

_____________________________Mahatma Gandhi (1969-1948)

26/11/10

Mujer Mirando al Mar


Vendrás conmigo,

celebraremos la mañana cada día,

 
haremos de la noche una fiesta entre la lumbre,

 
degustaré las manzanas sabrosas de tus pechos,

 
me perderé en tu vientre…








Palabras de viento fresco, fiestas con camaradas,

tardes de encuentros, canciones de alegría,

de pronto amenazas por una guerra

que nadie presentía.

La guerra desbarata aplazadas ilusiones,

congela hasta la llama en los braseros,

y escribe calaveras en los botones de las flores.

El frente está lejos y no suenan en el pueblo

los ecos de los morteros,

ni el tronar de los fusiles,

pero se oyen ladridos de pistola por las noches,

y al llegar el alba de descubren con miedo

los frutos

atroces de la muerte.

                Ricardo Gómez (1954), que nunca pensó en dedicarse a la escritura, lleva diez años cosechando premios y reconocimientos. En 1996 obtiene su primer premio, el Juan Rulfo de relato corto, y en 1997 y 1998 el premio Ignacio Aldecoa de relatos. En 1998 quedó finalista del Premio Jaén de Literatura Infantil y Juvenil con la novela Bruno y la Casa del Espejo. También ha sido galardonado en el campo de la poesía, con el Premio Nacional de Poesía Pedro Iglesias Caballero en 1999. En 2006 obtuvo el Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor por Ojo de nube y ese mismo año fue galardonado con el Premio Cervantes Chico por el conjunto de su obra.

                        La lectura de Mujer mirando al mar es una historia fragmentada en mil puntos, deshecha y vuelta a componer, porque,  “en ocasiones atribuimos a personas o a sucesos externos algo que ocurre dentro de nosotros mismos”.

17/11/10

Pastillas Contra el Dolor Ajeno.

                           Desde hace tiempo, tengo las tripas revueltas, el estómago por las mañanas se resiente de las pesadillas nocturnas al saber que, lejos de ser sueños, son la cruda realidad.

            Vomito una y otra vez las noticias del Sáhara, la cobardía de este desgobierno. Por otro lado mi esfinter no puede con la sonrisa estúpida de quienes lo componen y me pide ir al baño, como si mi caca pudiera caer a los pies de estos indolentes.

             Mi corazón me preocupa mucho, cada vez que se entera de la muerte de un poeta, de un actor, de un director se me para. Consigo consolarlo leyéndole sus poemas (Ay! mi Benedetti querido), o viendo alguna peli en la que actuan (o dirigen) los maestros desaparecidos...


             El médico me recomendó estas pastillas blancas, y desde que las compré he mejorado.
Os dejo con un video explicativo de cómo funcionan:
             

12/11/10

Mani de apoyo al pueblo Saharaui

Sabes donde se encuentra el cielo más bonito de la tierra? en el desierto del Sahara!


Sabes donde la gente te da todo lo que tiene? en los campamentos de refugiados saharauis!


Sabes quien lucha por su libertad desde hace 35 años? el pueblo saharaui.

Ahora mas que nunca: Sahara Libre. Por un mundo mas justo. MAÑANA TODOS!
A las 12h en Atocha (Madrid)

11/11/10

NADIE HARÁ NADA

                                     Esta carta está escrita por Diego Muñoz, organizador del SaharaMarathon. Está impregnada de impotencia y desencanto, pero es el grito de un hombre bueno que conoce El Sáhara y a los sahrauis. De momento, a los que estamos a esta parte del mundo, no nos queda más que la divulgación de las noticias que vayan llegando de El Sáhara Occidental.
Toda esperanza ha desaparecido, ¿qué les queda a los débiles y a los desterrados?

TRANQUILO MOHAMED, NADIE HARÁ NADA


Escepticismo. Es el sentimiento más generalizado para resumir la sensación que le queda a uno al leer, día tras día, las dramáticas noticias que llegan del Sahara Occidental. Tristeza, rabia, indefensión e indignación son otras de las sensaciones que cualquier ciudadano de bien tiene en estos momentos. Quienes sufren situaciones de extrema injusticia en el mundo tienen siempre, estén donde estén, la misma esperanza: "la comunidad internacional vendrá a ayudarnos". Con esa ingenua y lógica suposición han muerto a millares, o mejor dicho a millones, civiles inocentes de todo el mundo.

Ahora les toca a mis amigos saharauis. Después de tantos años de sufrimiento pacífico y de llamadas a la cordura y al cumplimiento de las resoluciones de la O.N.U., las circunstancias han llevado a los habitantes del Sahara ocupado a levantar su voz contra la injusticia. A cambio han recibido una más de las demostraciones de fuerza, intransigencia, intolerancia y dictadura marroquíes.

Pero no pasa nada, el Rey Mohamed VI puede estar tranquilo y lo sabe. Es un político feudal y torpe pero ya le tiene cogido el pulso a la comunidad internacional como para saber hasta dónde puede llegar. Hasta donde quiera. Lo demostró en el asunto Aminetu Haidar, tensando la cuerda al máximo y sacando de quicio a los que tímidamente intentaban hacerle reconsiderar su posición, y lo está demostrando ahora con una nueva exhibición de fuerza dictatorial para resolver una pacífica y justa protesta.

Mohamed sabe ya que no pasa nada por torturar en las cárceles, reprimir manifestaciones salvajemente o detener por motivos políticos. Cuando le acusan dice que es mentira, que las fotos son invenciones de los saharauis y hace lo posible por silenciar el asunto. También sabe que no pasa nada por expulsar periodistas o eurodiputados o quien quiera que se intente inmiscuir en sus asuntos o ser testigo de sus atrocidades; ya lo ha hecho muchas veces, no les deja pasar y a otra cosa, que como mucho llegará una nota de una embajada quejándose levemente. Tampoco le importa que se golpee a periodistas extranjeros, sabe que como mucho le harán una crítica en sus respectivos periódicos y él dirá que son medios anti marroquíes. Y a partir de ahora, a Mohamed tampoco le preocupa matar impunemente, aunque sea a un niño y enterrarlo sin conocimiento de la familia, no sea que haya altercados. Qué más da, si nadie va a decir nada.

Y con esa tranquilidad ha afrontado el espinoso asunto del campamento protesta de El Aaiun. Se ha asegurado el apagón informativo impidiendo la presencia de cámaras o periodistas y lo ha arrasado. Después, como él es el administrador de la información, lo que le llega al mundo es que los salvajes saharauis mataron a un montón de policías marroquíes y que son terroristas. Nos llaman idiotas. ¿Qué no habrá pasado allí?, ¿Qué no estará pasando en estos momentos en El Aaiun?, ¿Cuántos indefensos saharauis estarán pensando ahora mismo que la comunidad internacional irá a ayudarles?

La respuesta es clara, Mohamed puede terminar su trabajo, puede llegar hasta donde quiera que nadie llegará a socorrer al saharaui que pide ayuda. Morirá como aquel ruandés que mandó una nota de auxilio a las autoridades diciendo "Esta noche seré asesinado junto a mi familia" y efectivamente lo fue; o como los civiles iraquíes que pensaban que el enorme movimiento popular internacional iba a impedir que la terquedad de unos pocos dirigentes les hiciera morir a miles; o los palestinos, ya acostumbrados a todo tipo de sufrimientos, pero que seguían creyendo que la ONU, Europa, América o quien fuese iba a impedir que Israel bombardease Gaza con fósforo el año pasado llevándose por delante a más de mil civiles... La lista sería interminable y eso sin incluir los que ya perdieron toda esperanza y saben de sobra que la comunidad internacional no existe o más bien que ellos no existen(Sudán, Somalia, Tibet...).

Por eso Mohamed está tranquilo porque sabe que como mucho llegará una tibia nota pidiendo mesura o solicitando la reanudación de esas conversaciones que tienen como objetivo alargar el proceso y diluir en el tiempo las esperanzas saharauis. ¿Dónde está la ONU?, ¿Qué fue de los Derechos Humanos?, ¿Qué es el Tribunal de La Haya?, ¿Dónde fue a parar la Comunidad Europea? La respuesta es desoladora y aboca al más absoluto escepticismo. En este mundo se ha impuesto un sistema de patio de colegio en el que los chulos, los fuertes y los malos imponen sus reglas y amedrentan a los débiles, que acobardados ríen sus gracias sin atreverse nunca a levantarles la voz.

Uno a veces confía en ese optimista dicho de "cuanto peor...mejor" y piensa que una situación crítica ayudará a remover el tema y a despertar las conciencias, pero la historia no es muy alentadora. Esto estará unos días más en los periódicos y luego será relegado por una nueva corruptela de Gurtel, alguna crisis financiera o el comentario insípido de cualquier famosete. Y el Saharaui de turno se pudrirá en la cárcel, gritará sordamente mientras le torturan y se tragará su dignidad con rabia e impotencia.

Muchos teníamos depositada nuestra esperanza en Obama, pero poco ha tardado en desvanecerse el efecto "yes, we can" y pronto le han dejado claro sus compatriotas que no están con él. Y en España, juez por derecho y obligación del conflicto saharaui, la actitud cobarde de un Gobierno excesivamente diplomático, nos hace a todos sentir vergüenza ante el pueblo saharaui. Qué oportunidad está perdiendo, una vez más, Zapatero, para hacer un guiño a la izquierda y recuperar la confianza que le permita reducir la distancia en los sondeos, que es lo único que realmente importa en este mundo.

La única esperanza, ligera esperanza, está una vez más en el pueblo, en la gente y, en estos momentos, en la fuerza de las redes sociales, muchas veces criticadas, pero con un enorme potencial como canal para la rebelión. De hecho, si sabemos algo de lo ocurrido en El Aaiun es gracias a esos vídeos grabados con el teléfono colgados en You Tube y a los mails que a duras penas consiguen superar la censura y el apagón informativo. Son esas redes las que tienen que empujar con la fuerza del uno más uno más uno para intentar conseguir un mundo más justo porque si seguimos confiando en la diplomacia podemos esperar durmiendo. En el caso saharaui, esperar decenios a que Marruecos, ese maravilloso país de gente encantadora, se quite de encima su monarquía absolutista, haga su transición y pueda plantear el asunto del Sahara desde un punto de vista democrático.

Diego Muñoz Avia

10/11/10

Sin noticias del Sáhara





Parece mentira que estemos en el siglo XXI.
Deberíamos haber evolucionado hasta sentirnos todos iguales.
Dejado atrás las Fronteras... inventadas en la edad media.
Saber que los nacionalismos más que engrandecer, achican el alma y a la persona, dejando poco espacio al entendimiento.
Deberíamos tener aprobada la asignatura de Derechos Humanos (en la recuperación con notable)... en vez de seguir sacando cero tras cero...
Y cambiar el odio... por amor lúcido al prógimo, tanto al cercano como al distante...

Pasará el tiempo, y solo quedará de nosotros los recuerdos de lo que pudimos haber sido y no fuimos..!

3/11/10

A 15 kilómetros al este de El Aaiún...

                                                 "Antes era mi hijo, ahora lo es de todo el pueblo". La madre de Elgarhi Nayem Foidal llora a estas horas la muerte de su hijo pequeño, quien con sólo 14 años se ha convertido en mártir. Así le llaman desde que la noticia de su muerte corrió la tarde del domingo en El Aaiún como la pólvora. Soldados marroquíes ametrallaron el vehículo en el que intentaba acceder, junto a otras siete personas, al campamento de protesta Agdaym Izik.

           EL PAIS- IGNACIO CEMBRERO El Aaiún 29/10/2010

La protesta saharaui erigiendo jaimas (tiendas nómadas) en el desierto demuestra, según el portavoz del Gobierno marroquí, Khalid Naciri, "el clima de libertades que prevalece en Marruecos". Pero Rabat se debe de avergonzar de ese "clima" porque no permite a los periodistas observarlo de cerca mientras arremete contra la prensa española que "manipula" a su opinión pública.

Muy pocos periodistas han logrado hasta ahora ver de cerca la mayor protesta saharaui, desde que España entregó el territorio a Marruecos en 1975. A 15 kilómetros al este de El Aaiún unas 20.000 personas acampan en Agdaym Izik desde hace tres semanas para exigir una vivienda y un puesto de trabajo y denunciar de paso el "expolio" que supuestamente hace Marruecos de las riquezas del Sáhara.
Para introducirse allí hay que recurrir a todo tipo de subterfugios. Primero hay que librarse de la "escolta" policial que sigue al periodista en sus desplazamientos; después unos saharauis le vestirán con ropas locales y hasta le maquillarán para oscurecer su piel.

Por último, intentarán franquear con él los tres controles de la policía, la Gendarmería y el Ejército que dan acceso al campamento. Pero si en uno de ellos el gendarme pide la documentación o hace una pregunta al pasajero disfrazado, la "aventura" acaba ahí mismo.

En el primer control, el policial, los agentes explican que se necesita un permiso del Ministerio de Comunicación para franquearlo y llegar así hasta el campamento, pero ese departamento nunca la da. Tampoco proporciona a las televisiones las autorizaciones para rodar imágenes en la ciudad. Los periodistas de televisión entran en directo desde los balcones de las habitaciones de sus hoteles. Los vídeos caseros que se ruedan dentro del campamento y se cuelgan en múltiples webs suplen, en parte, las carencias de la prensa convencional.

Por mi parte decir:   ¡¡BASTA,  YA..!!
Mi pésame más triste y sentido para la familia de Elgarhi y pedir a todo el lea que hasta aquí, su firma en la página de Amnistia Internacional.
Sería un logro que el número de firmas llegase (por ejemplo...) al de telespectadores de 'Sálvame' de la cadena de TV T5 o al número de asistentes a la misa de Benedicto este domingo en Barcelona...

¡VENGA, PODEMOS..!!!

"No es necesario apresurarse. No es necesario brillar.
No es necesario ser nadie más que uno mismo"

Virginia Woolf (Londres 1882-1941) Novelista y Ensayista británica

Otoño en la ventana

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de la casa de mis abuelos

No a la Valla, todos somos migrantes

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