Cuida tus Pensamientos porque se volverán Palabras.

Cuida tus Palabras porque se volverán Actos.

Cuida tus Actos porque se harán Costumbre.

Cuida tus Costumbres porque forjarán tu Carácter.

Cuida tu Carácter porque formará tu destino

Y tu Destino será tu vida...

_____________________________Mahatma Gandhi (1969-1948)

30/9/08

Retrato de un Final

Esta semana me dedico a disfrutar visitando blogs...

Os dejo un regalo de mi amiga Patri:

FINALES

Vagué por los finales como pez en el agua

me acostumbré al vértigo del precipicio diario

a asirme a seguros inciertos.

Respiré profundas bocanadas de vida, ahora o nunca.

Adoré los amaneceres como a dioses eternos

Salté de principio en principio sólo de puntillas.

Nací con ojos llenos de comienzos y pies palpitantes de primeros pasos

Crecía la vida en mi corazón como hierba salvaje, como flor en duna

Me sentí turista.

Hice fotos, escribí palabras, llené instantes.

Amé sin cauce .

Me amaron como riega el rocío

gotas que desaparecían con la luz del día.

Nunca pude abrazarlo.

Se apagaron las luces

Sonaron las lentas con aire de domingo

No conseguí coger tu mano, tan sólo una mirada

una promesa

de un mañana

que volverá a ser un ayer.

26/9/08

Cuando las ranas se paran a pensar en la charca


Gentileza de http://www.feviart.es

Algunas veces (bastantes), en vez de subirme; soy la locomotora que tira con todas sus fuerzas de los vagones de siempre, más algún otro tren que se engancha al vagón de cola.

Y cuando en alguna curva descarrilo, me entran muchas dudas de si soy materia de estudio por algún doctor experto en kamikaces del corazón…

Mi amigo Juan Manuel con esta poesía, me dio la respuesta en un día malo; de los que la niebla no te deja atar los cordones de los zapatos.

Gracias JuanMa


Los Andenes

"Los trenes sólo pasan
cuando no se los espera, y nos sorprende:
hay que agarrarse a los trenes con las uñas
cuando pasan por delante,
aunque te den la espalda,
hay que montarse en marcha
porque los trenes no paran,
eres tú el que estás parado
con la maleta cerrada"....




(Leopoldo Alas Mínguez - Poeta y periodista Arnedo, La Rioja, 1962 - Madrid, 1 de agosto de 2008)

25/9/08

100 Gotas de Otoño



Viajo sin paraguas y llueve,
gotas de lluvia en otoño,
cargadas de amor.

No llevo paraguas,
y el corazón se encharca de gotas de otoño,
no sé nadar sin ropa en la cama.

Llueves sobre mi piel,
y este mar desbocado inunda tus ojos verdes,
que habitan el desierto de la soledad.

La música de la lluvia hace que bailes,
con la piel equivocada,
con el corazón parado en la estación del beso.

Vuelves a caminar,
con la ropa mojada de otoño,
y hasta que sequen las gotas,
su peso te mata.
 
Santa   25-09-08

24/9/08

El Hombre de la flor en la boca



Este sábado reanudo el taller de lectura, interpretación, filosofía, teatro, etc, etc, etc.
El profesor tiene una obra en cartel; no os molestéis están agotadas las entradas para este finde(26,27 y 28)…
Aún así no he podido resistir la tentación de mostraros una pequeña parte de su persona, en las siguientes líneas escritas a sus amigos (entre los que me honra ser su alumno).


Él; da las charlas en su taller a Las personas libro, abierto como el cielo; a toda persona que quiera aprender a leer y luego regalar palabras…(las que no sobran...)


Tuzla, Shakespeare y Compañía

La Tuzla, Shakespeare y Compañía nace en Madrid en 1999 con la puesta en escena de El fetichista. Debe su nombre a la ciudad de Bosnia donde se refugiaron las personas que lograron escapar de la matanza de Srebrenica y a la Shakespeare & Company, la librería de Silvia Beach, quien se atrevió a editar el Ulises de Joyce. Está unida al Teatro Estudio Tuzla, escuela y lugar de investigación.
Las obras representadas son: El fetichista, Si me necesitas, llámame..., Las dos palabras que Lear deseaba escuchar y El hombre de la flor en la boca (un viaje necesario al mundo en que morimos)... Son pocas puestas en escena, pero las buscamos sencillas e intensas, limpias y vitales.


Acerca de los actores de Trío en mi bemol

Dos actores ambiciosos y trabajadores confían en un director casi desconocido porque “trabaja las palabras”. Sí, ésa fue la explicación de Bárbara Lennie cuando me pidió que la dirigiera en esta pieza teatral de Rohmer. Yo sólo fui un director que no dijo: ”preferiría no hacerlo”. Me pasaron la obra y conviví con ella en varias lecturas hasta que decidí cambiar algunas cosas. Paloma Zavala la tradujo y yo pude hacer una nueva versión.
La base de la actuación de la Tuzla, Shakespeare y Compañía es la mirada del actor. La mirada que siempre busca: algo, a alguien... La mirada que respira y narra, que muestra más que dice. La mirada que hace que el público exista de verdad junto al actor. Ese actor que sabrá dosificar sus palabras porque conocerá el valor del silencio.
Tan solo una cosa. Me hubiera gustado poner lluvia, mucha lluvia en esta puesta en escena, porque no entiendo el amor sin ella, porque es la que mejor lo narra.



Antonio Rodríguez Menéndez

23/9/08

Martes

Esta mañana con mi libro bajo el brazo ‘Viaje a la Felicidad’ de Punset camino al trabajo en la calle Almagro;
me llamó la atención un señor de 45 a 50 años de pelo moreno, con mechones blancos, sobre el metro ochenta de estatura, delgado, con un traje impecable azul oscuro y corbata gris con figuras, los zapatos negros reflejaban como un espejo lo que sucedía en el exterior: un hombre seguro de sí mismo.

El hombre limpiaba y limpiaba; con energía, el polvo inexistente a un Jeep Cheerokee limited edition negro perla a juego con sus zapatos… Eran la 7’49h de una mañana gris a juego con lo que estaba sucediendo:

Un pobre hombre preso de su riqueza. ¿Y quizás feliz…?

22/9/08

Es Otoño, es lunes...



Es otoño, las gotas de lluvia llenan las aceras de música. Es lunes, el agua cortó las comunicaciones al amanecer.
Ayer te fuiste en una nube. Dejaste mi casa llena de ti. Tu olor en la toalla, en mi almohada… en él, vuelvo a la tarde que te vi por primera vez.
Al beso de prueba que nos dimos sin dudar. Cerré los ojos y saboreé tus labios.

Puertas a dentro, en mi casa, cogimos un ticket a la felicidad.
Madrid te regaló sus mejores luces; su olor de la rosaleda, una puesta de sol en un arco de la calle Alcalá. Abrazada a mi cintura, sentía latir tu corazón a cien, al compás del mío.
El espectáculo del drama unió nuestras manos, los dedos jugaban con caricias,
explorando la piel del otro. Los labios esperaban que los ojos se cruzasen en una mirada furtiva, para juntarse en un beso lento, renacido de otro. Sonrisa, que hacen brillar los ojos de quien la ve.
Paseamos por las arterias de Madrid, hasta llegar a una cueva mágica;
donde el techo son cristales de colores y jóvenes elfos nos sirven los platos de la cena.
De postre, nuestras bocas saborean juntas un helado de yogur griego.

La noche se hizo cómplice, regalando el perfume de los árboles del pintor Rosales. La luna emergía a medias, entre los rascacielos, dibujando el perfil de las nubes. Paseamos por Palacios, teatros, catedrales, puentes rendidos a tus ojos de gata…

La cálida madrugada, nos pilló jugando con la piel del otro. Iluminados por velas de colores, los dedos descargan un torrente de caricias, mis labios saborearon todos los rincones de tu ser, mi ser estremecido por el roce del tuyo. Sinfonía de dos almas que acaban de conocerse y se acoplan como estrellas en cielo.

El día nos regaló el frescor de la lluvia entrando por la ventana; yo apuraba tu cuerpo, acariciando tu rostro como un pincel lo hace con el lienzo, dibuje tu sonrisa y tú la diste vida.
El tiempo separó mi cuerpo del tuyo, desgajándonos por la mitad como una sandía, salpicando todo con trozos de besos, caricias, de versos del despertar... al amor.

Un último suspiro debajo del agua de la ducha, un último roce de piel, que luego caerá presa de telas.

La prisa llama a la puerta, te llevo despacio por la M-30 a tu destino. El asfalto se pega a mi piel. En la despedida, mi cuerpo se resiste a perderte, mil lobos hambrientos devoran mis entrañas, mientras te pierdo de vista.

Una cabriola del destino, nos juntó en la estación. Mi corazón latía salvaje, mi cabeza loca; inventaba planes para vernos lo antes posible…

Ahora sé que no quieres lo mismo.

Es otoño, y en otoño siempre llueve amor. Aunque uno no quiera...

19/9/08

Epílogo (La Ciudad Oscura)

7. – Los amigos

Debe ser cerca de las dos de la tarde, el aire huele a lluvia, el murmullo del agua corriendo me confirma mis sospechas. Estoy oyendo el motor de un camión acercarse, hay un ruido ensordecedor, me voy aproximando hacia él con precaución.
Otro hierro me sirve de bastón. Debo estar a veinte metros del ruido, sigo a tientas hacia el lugar de donde procede. ¡Arena, he tropezado con arena!
-¡Socorro, que alguien me ayude! – El camión ha descargado tanta arena que me ha tapado hasta las rodillas. Sigo gritando.

Trepo por la montaña de arena, se deshace bajo mis pies como arena movediza. Lo intento a cuatro patas pero me hundo.
Arriba oigo como revolucionan el motor del camión, se va. Hay una máquina que se mueve sin parar, oigo algo metálico chocando entre sí, parece la estructura de los andamios... Sí están desmontando los barrotes que sujetan el techo.

Estoy sentado en un montón de arena, el mismo que me salvó de escalabrarme la cabeza. Vuelvo a oír al perro ladrar, he perdido la barra de hierro con la que podía defenderme.
Cada vez le oigo más cerca, ha dejado de ladrar, mala señal.
Le hablaré en tono amigable, en el curso de perros guía nos contaron que ante un perro nervioso y agresivo había que hablarle con palabras de afecto.

-"Rufo tranquilo, no pasa nada, no tienes que tener miedo de mí. Soy un pobre ciego perdido en esta ciudad oscura llena de obras."- Le oigo acercarse, debe estar a diez metros, está gruñendo...
-" Ven Rufo, toma ven; ayúdame a salir anda. Perdona que te llame Rufo, pero no sé tu nombre..." – Está a tres metros y vuelve a ladrar, menos mal.
-"Ven hombre, no tengas miedo. Mira mis manos; ¿Ves?. No tengo nada que ocultarte" – Le muestro mis manos; con la palma hacia arriba, de pronto noto como una lengua lame las heridas que tengo.

"Gracias Rufo, buen chico, eres un perro muy listo. ¿Verdad?". Lo acaricio, tiene una cicatriz en la cara y otra en un costado. Al pasarle la mano noto la forma irregular, amorfa de las cicatrices; debieron de romperle alguna costilla.

-"¿Quién ha sido el cabrón que te ha hecho esto... ? ¡ Ya me enteraré"!- Me abrazo a él y lloro mientras me lame la cara, "eres muy cariñoso que debes ser un Boxer. Deja de lamer hombre, que me llenas de babas."- Parece que entiendes todo lo que le digo- (protesta ladrando). "Bueno, bueno, pues ladra todo lo que quieras."

-"¿Hay alguien ahí? ¿Jorge...?"- Alguien dice mi nombre, contesto con un grito.
-"¡Socorro! ¡Auxilio!" – Grito más, con todas mis fuerzas.

-"Tranquilo Jorge, ahora bajamos por usted, está aquí su amigo Fulgencio."
-" Fulgen, gracias a dios..."- Mi amigo de la adolescencia y compañero de trabajo.-

Me encuentro en mi casa, de baja por un esguince grave. El médico me ha dicho que reposo absoluto durante diez días. Mi madre se ha venido a cuidar de mí con sus setenta y nueve años.

Para ella sigo siendo un niño. Fulgen se acaba de ir, me ha traído el mejor regalo que podía esperar.
No estaré solo, mientras me recupero. Tengo conmigo al mejor amigo del hombre después de Fulgen, a Roky.

¡Roky, deja morder mi bastón, que ya te has cargado tres!

FIN

18/9/08

Veneno para el corazón

Tiempo revuelto; fruto de este otoño aun no nacido, para el corazón.
Yo al revés siempre… En septiembre, me cuelgo por los huesos alguien… en Julio mando de vacaciones al amor.

Que levanten una mano las parejas que no estén en crisis…
Y los que estamos desemparejados; que levanten la mano( los que no tengan callo..) perdón en qué estaría pensando.

Los singles ( vaya horterada de nombre …che!), que no estén en crisis me levanten un dedo (plis)…

Vivir sin él es no vivir,
atarlo en corto es ayudarlo a huir,
caprichoso como el azar,
más frágil que la amistad.

Veneno para el corazón,
no tiene patria, ley ni religión,
te besa y se va
dejándote desnuda frente al mar.

Te pone a cien, te trata mal,
te da placer, te hace alucinar
cuando te mira, cuando te abraza, cuando toca,
es un rufián, es un pendón,
es un donjuán, es como un ciclón
que te abraza cuando pasa por tu boca.

Puede ser un traidor,
puede ser exquisito y formal,
puede ser una obsesión, una enfermedad.

Es capaz de hacer reír y de hacer llorar,
capaz de herir y hasta de matar
como un ángel, como un loco,
como un príncipe, como un impostor,
como un sabio, como un bobo,
como un dios que se llama amor.

Dice cosas que nadie puede resistir,
es tan perverso y tan infantil
como un niño, como un viejo,
como Lucifer, tan embriagador
como el vino, como el sueño,
como un dios que se llama amor.


Adaptación de J. Sabina

17/9/08

Un Mar de Fueguitos

El escritor Uruguayo Eduardo Galeano es uno de los que tengo en mi dormitorio, sus palabras avivan mi vena poética cuando soy más ceniza que llama.

Este fragmento de su cuento ‘El mundo’; me parece una descripción maravillosa de lo que somos en la vida.
Aquí no cuenta la estética, ni las posesiones, ni los masters, ni la fama…
Solo lo que damos con el corazón a los demás (la vida te devuelve los frutos de la semilla que plantaste).

Os dejo con Él y con una pregunta ¿Qué fuego eres…?

Yo peco de echar toda la leña con la primera chispa; la virtud está en el término medio( como muy bien dijo alguien). Muchas veces me quedo en ceniza. Por no ir poco a poco quemando mis energías; en una relación que la otra parte vive de mi calor, aportando lo mínimo imprescindible para no apagarse.

Somos un mar de fueguitos

No hay dos fuegos iguales

Hay fuegos grandes y fuegos chicos

Y fuegos de todos los colores.

Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento,

y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.

Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbras ni queman.

Otros arden la vida con tantas ganas

que no se puede mirarlos sin parpadear, y

quien se acerca se enciende.


Eduardo Galeano de “El Libro de los Abrazos”

16/9/08

La Ciudad Oscura (4, 5 y 6)


4. – La becaria

Marta Salas tiene veintitrés años, la carrera de derecho y un master de post-grado. Después de apuntarse al paro, consiguió un contrato en prácticas en la ONCE, en la jefatura de ventas de libros para ciegos en Braille. Su trabajo consiste en aclarar las dudas de los clientes relativas a los pedidos; así como las reclamaciones surgidas por errores en entregas defectuosas.

Es la más joven de la oficina, las curvas de su cuerpo alegran el día. Morena con melena negra, cara redonda, una lluvia de dientes blancos en su sonrisa. Bajo el paraguas de sus largas pestañas brillan unos ojos negros. Los compañeros no dejaban pasar un día sin gastarle alguna broma. Cosa que ya empieza a cansarla.

Esa mañana, sonó su teléfono a las ocho y media, -demasiado pronto para un cliente- pensó. Le llamaba un tal Jorge Matamoros; diciendo que era un vendedor que se había caído en un foso en las obras de la calle Reina Victoria. Decidió que la llamada era una broma; sin pensarlo mucho cortó la conversación en cuanto pudo.

A la hora de comer bajó al Revilla de enfrente. Siempre encontraba a alguien con quien compartir la hora de la comida. El de hoy era un señor mayor: Fulgencio, de los más antiguos en la empresa, invidente.

Si no fuera por las gafas negras y el bastón nadie diría que es ciego. Se maneja por la oficina sin bastón y si surge algún problema, es la persona a quien se acude para resolverlo. Tiene un fino y agudo humor inglés.

En un momento de la conversación, Marta le relató la absurda llamada recibida por la mañana. Fulgencio corroboró que era una broma sin gracia y preguntó el nombre que había dado el interlocutor del teléfono. Cuando se lo repitió, Fulgencio dejó de comer.
-"¡Llama rápido a emergencias, Jorge Matamoros es un corrector de libros invidente que trabaja aquí desde los veinte años!"-

5. - Ana

En el centro de atención del 112, el lunes estaba siendo unos de los peores que se recuerdan. A las siete y media; una excavadora cortó unos cables de suministro de electricidad al alumbrado público de Cuatro Caminos, sembrando el pánico en el barrio. La lluvia terminó por complicar el día.

En la faraónica obra del túnel subterráneo; no se les ocurrió otra cosa que intentar arreglar por ellos mismos la avería en el suministro. Resultado: un muerto y seis heridos.
Curiosamente;el muerto; fue el último de los cuatro que al intentar rescatar al primer compañero electrocutado que manipulaba los cables cortados, se quedaron pegados unos a otros.
Los guantes de obra, son insuficientes para aislar 1000 voltios de tensión.

Ana llevaba toda la noche trabajando; su minusvalía de la cadera izquierda la hace andar con un vaivén nada sexi.
En sus horas libres estudia psicología, la especialidad trastornos infantiles. Le gustan los niños. Tiene uno propio, Héctor, de seis años. Su madre Laura se hace cargo de él cuando trabaja.
El padre de Héctor; para no tener responsabilidades, huyó a Barcelona cuando era un hermoso bebé.
Ana no encontró un hombre que la convenciese para compartir su vida y ser el Papá que merecía su hijo.

El tiempo corre en su contra, la minusvalía va a más. Dentro de poco; a sus treinta y siete años de edad, tendrá que usar bastón . Sus cuadros reflejan soledad; con paisajes de colores apagados, animales con caras tristes, que en obras anteriores mostraban colores vivos y felicidad.

A las diez de la mañana entró una llamada de socorro. Un invidente se había caído a un foso de las obras en Reina Victoria donde estaba antes la cadena Lord Winston. Luego se cortó la llamada.
La cabeza parecía que le iba a estallar, el dolor en sus entrañas era fruto del periodo. Tenía que tomar una decisión en medio del caos; mandar bomberos y ambulancia para allá o esperar; por si era una broma de algún desaprensivo.

6. – El Amor

Roky es un tipo muy juguetón, le gusta mucho pasear por los parques, juntarse con otros como él y echar carreras empujando a sus adversarios mientras corre. Con los de dos piernas ha tenido experiencias difíciles.
De cachorro, Lucía, una hermosa niña de siete años; se dedicaba a darle abrazos, él respondía con un lametón.

Fueron tiempos dichosos; el papá de Lucía acompañaba orgulloso a su hija al parque, con su cachorro de Pastor Alemán sujeto por una correa, de la mano de Lucía.

Las cosas cambiaron con el paso los años. A Rosa; la mamá de Lucía, nunca le gustó tener que limpiar los pelos de alguien de cuatro patas. Después de nueve meses y extraños comportamientos de Rosa, vio la luz Luis. La vida de Roky se hizo más dura; se olvidaron de sus paseos en el parque, solo cinco minutos en la calle para que hiciese sus necesidades.

Un día tropezó con la cuna de Luis. El bebé se puso a llorar y Roky metió el hocico entre los barrotes, para investigar que hacía tanto ruido. Cuando la mamá de Lucía llegó; se encontró a Luis sonriendo, mientras Roky le propinaba unos lametones de amor en su calva.

Terminó su infancia abandonado en un solar en el que se construirían unas viviendas, una pesadilla que no podía imaginar. No entendía por qué le habían dejado tanto tiempo vagar a sus anchas, pasado un buen rato se dio cuenta de que estaba solo.

El hambre hizo que saliese a buscar algo que comer; tuvo suerte, encontró comida gracias a la gente que tira las bolsas de basura en la calle.
Lloró su soledad, no comprendía el motivo para ser abandonado de esa forma. Volvió al descampado y encontró un sitio para dormir, entre los escombros del edificio derruido. Pasaron las horas, pasaron los días y no hubo milagro. Unos gamberros le molieron a palos e intentaron quemarlo vivo.

Un par de vigilantes jurados le salvaron de la muerte. Se encararon con los cuatro gitanos que estaban a punto de rociarlo con gasolina. Le llevaron a una clínica veterinaria donde curaron y vendaron las heridas de su cuerpo. Las del alma; las tiene abiertas y tardaran mucho en cicatrizar.

Alberto se encargó de cuidarlo con cariño, pidió permiso a su jefe para usarlo como medida de persuasión ante los ladrones de obras. Su jefe aceptó la propuesta. Roky entendió su papel de perro guardián, volvió a sentirse querido y apreciado por alguien.

Ni siquiera el propio Alberto puede controlar su rabia ante cualquier animal de dos piernas con un palo, bastón o similar. Ver a alguien así, le recordaba a los cuatro salvajes que intentaron quemarlo.
El miedo le vuelve un perro peligroso; se le acelera el corazón, la adrenalina le hace saltar y morder hasta la muerte sobre quien lleve algo parecido a un palo.

Eso ocurrió este lunes. El intruso; que se coló en la obra, salvó de momento la vida. Gracias a que Alberto deja atado a Roky con una cuerda; junto a una caseta de vigilancia, la que usa para dormir por la noche.

El intruso anda a tientas con una barra de hierro; Roky ha dejado de ladrar para morder la cuerda. Le queda muy poco para romperla…

12/9/08

La Ciudad Oscura ( 2 y 3)

2. - La obra

En la obra todos trabajan como autómatas programados, desde el peón de obra hasta el jefe de obra. El trabajo es duro de verdad; las mañanas de otoño en Madrid son frías, el medio día sofocante al Sol.
Después del último accidente en que murió un obrero al ser aplastado por una excavadora, todos cumplen las normas de seguridad e higiene en el trabajo escrupulosamente.
Como si eso pudiera devolver la vida a Eladio. Las normas de seguridad no hacen mención alguna a los contratos basura, a jornadas de diez horas, al destajo...
Da igual; dentro de un mes Eladio pasará a la gran lista de los muertos olvidados y su familia; si el empresario no era muy sinvergüenza, cobrará una pensión.

Hoy todos llevan casco, chaleco reflectante, protectores de ruidos en las orejas. Han levantado un esqueleto de ocho plantas en las que se alojarán los clientes del hotel "Jardín Metropolitano".
Por debajo de la planta baja esta el garaje. No han limpiado los escombros y se utiliza como almacén de materiales; los camiones no paran de descargar sacos de cemento, ladrillos, arena.
La jornada de trabajo esta organizada en turnos de doce horas, de tal forma que solo se para de trabajar a las ocho de la tarde. Cuando el encargado no está presente, siempre se van un poco más pronto.

3. - Gusto

La mujer rubia y melena recogida; que lleva el mar mediterraneo en sus ojos con ojeras, la pasión pintada en sus labios granate, con perfume chanel número cinco y vestido rojo con escote, camina deprisa.
En una mano lleva un informe con los objetivos del próximo mes. En la otra un maletín, a su lado un hombre joven con traje gris la escucha con cara de preocupación.
De vez en cuando los ojos del hombre se pierden en el escote de la mujer. Las curvas de su cuerpo, juegan a su favor frente a los hombres. Ella lo sabe.
Por la mañana tropezó con un ciego, casi le da en la entrepierna con su maletín. En el choque; el maletín del ciego cayó al suelo y cuando se agachó a recogerlo, la mano izquierda del ciego que buscaba también el maletín, se metió por su escote.
Se excusaron mutuamente, el ciego parecía feliz de haber palpado su cuerpo en el lance, a ella le pareció que sus manos eran suaves y firmes a la vez. Su perfume Armani. Su tono de voz, demostraba tener controlada la situación en todo momento. Ella perdió la seguridad que le daban sus armas de mujer.
La forma de hablar del invidente le gustó. Respiraba pausadamente antes de hablar. Regalaba las palabras; hizo un comentario ocurrente: - "Encantado de haberme tropezado con usted, cuando desee repetimos la experiencia"- Ella se excusó con el informe de ventas que leía en la calle, con prisa por llegar tarde a una cita.
Deseaba alargar el encuentro, hacía muchos días que alguien no le llamaba la atención, nunca se imaginó que los ciegos fuesen tan seductores.
El joven de traje gris le recordó la reunión. Le miró con desprecio; era un economista mas, de los muchos a sus órdenes. Todos con sus masters del IEES, idiomas y mucha envidia de que una mujer rozando la cuarentena fuese la directora del departamento de Auditoría Interna de la empresa.
Se despidió con un beso en la cara, con su cuerpo rozando el de él.

El olor de Armani mezclado con su piel le acompañó en sus fantasías.

La Ciudad Oscura ( continua...)

A tientas, rebusco por la arena mi maletín, ahí llevo el móvil. He tardado media hora en dar con él. Lo abro con ansiedad.
¿A quién llamar?. A casa de mi madre; ¡No debo!. Le daría un susto, se pondría nerviosa. Llamaré a la oficina central, que avisen a los servicios de urgencias para que busquen en la primera obra de la call... ¡Me cago en la leche!- No encuentro el móvil en el maletín. Tenía que haber comprado uno nuevo hace tiempo...
Vuelvo a revolcarme por la arena en busca del teléfono móvil. Mientras, una sirena, es la del colegio de la manzana de atrás; son las ocho. Todos los días suena a la misma hora. No consigo dar con él, me pongo de pie. –"¡Aaaahh!"- el dolor de mi pie izquierdo es como tener un puercoespín en el zapato.
Doy tres pasos. Grito pidiendo ayuda... Bajo mis pies, noto el suelo irregular, es cemento sin alisar, lleno de pegotes. Ando tres pasos a tientas; con los brazos al frente, intento localizar posibles obstáculos. Huele a cemento. El suelo está húmedo.
Tropiezo con algo que se mueve y suena metálico. Me agacho a cogerlo, es una barra de hierro, del forjado para las columnas. Doy diez pasos, la barra de hierro es fina y pesada, pero como bastón vale.
Oigo mi móvil; retrocedo sobre mis pasos. Suena un ruido atronador es de la taladradora de arriba. Ando para atrás, como un cangrejo, llego al montón de arena. Con atención, intento localizar la señal, está muy cerca...
Ha dejado de sonar, sé donde puede estar... ¡Gracias a dios lo encontré! Me dejo caer sentado en la arena, a tientas marco el número de la oficina central.
"Jefatura de ventas, al habla Marta, extensión catorce, diez y ocho. ¿En qué puedo servirle?".
"Hola, soy Jorge vendedor de la Av. Pablo Iglesias, me he caído al pasar por una obra, creo que son los cimientos. Es la primera que te encuentras según bajas desde Cuatro caminos por la derecha..."
"¡Oye, oye; tengo mucho trabajo que hacer, para perder el tiempo con los graciosos como tú!".
"¡No es ninguna broma joder!. Pregunta por ahí seguro que hay alguien que conoce a Jorge Matamoros..."
"¿Matamoros? ¡Anda si eres el calvo que sale por la tele...! ¡Pues tienes un rollo muy malo por teléfono, cámbialo o no te vas a comer ni una rosca!".- Cuelga el teléfono enfadada.
"¡No cortes por favor...! ¡ Jilipollas de novata...!"-
"¡ AAAAhhhhggg!"- No puedo creer lo que me está pasando!. Voy a llamar al 091 a ver si doy con alguien más capacitado. -"091 en este momento todos nuestros agentes se encuentran ocupados, por favor permanezca a la escucha..."
"¡Me cago en dios y en todos los santos del cielo!"-
En ese momento sonó un pitido del móvil; el que avisa antes de que se quede sin batería.
Envidio a la gente que cree en Dios. Siempre lo tienes a mano cuando estás en situaciones como la mía. Lástima que haya perdido la fe en Él y en todo… No me queda más remedio que coger mi bastón de hierro y esperar a que la suerte se acuerde de mí.
Media hora andando a tientas; está lleno de escombros que hay que sortear. No oigo otra cosa que los motores de las excavadoras y una especie de sierra que corta algo.
-El tobillo lo noto hinchado, pero la adrenalina de mi cuerpo hace su trabajo y puedo soportar el dolor. -bien.
Ando con ayuda del bastón de hierro, me ha hecho una herida en la palma de la mano con alguna rebaba. El móvil lo llevo apagado, espero que se cargue para hacer una última llamada al 112.

-Desde hace un buen rato, oigo algo distinto a lo lejos; son ladridos de un perro. Con tanto ruido, no podía distinguirlos. Debe estar atado. Si no ya hubiese venido hasta donde estoy; por la forma de ladrar parece un perro de presa, tiene un tono grave, debe ser grande.
Tuve varios perros. La última una preciosa pastor alemán, Dory; se murió hace dos años de vieja. Lo pasé tan mal que no he vuelto a querer tener más.
-Tropiezo con una escalera de madera tirada en el suelo, tiene trece escalones y debe de tener como tres metros de largo.
Con el bastón toco el techo, tendrá… menos de tres metros. Voy a llevar la escalera hasta donde esté la montaña de arena para intentar subir al nivel de donde me caí. El perro ha dejado de ladrar, no sé si es buena señal.
He dejado el bastón de hierro en el suelo, la escalera pesa como un muerto, la arrastro con las dos manos. Piso trozos de ladrillo y de cemento suelto por todas partes. Ando de espaldas muy despacio.
Me oriento con las piedras que metí en el bolsillo. Las tiro al suelo; si al caer suena a cemento no hay problema. Si no, me detengo para ponerme en cuclillas y con las manos lentamente descifrar que hay.

Estoy agotado, tengo sed y hambre; debo de llevar dos horas tirando de la escalera y no encuentro la montaña de arena. Enciendo el móvil. Parece que se ha recargado un poco. Marco el 112:
"Uno, uno, dos, ¿En qué puedo ayudarle?"- Oigo una voz femenina joven al otro lado.
"¡Esto no es ninguna broma, soy invidente!. Me he caído en una obra de la calle Reina Victoria donde estaba la cadena Lord Winston."
"¿Cómo sé encuentr...?"- Se acabó la jodida batería...
¿ Se habrá enterado donde estoy?
En algún momento, pararán de trabajar y cuando reine el silencio; gritaré hasta que alguien me conteste...

11/9/08

La Ciudad Oscura

No es más feliz quien no tiene problemas; si no aquel, que es capaz de resolverlos.

1. – El tacto

No ha amanecido. El tiempo ha cambiado; hace frío, las hojas de los árboles se amontonan por las aceras y los parques formando un tapiz de estrellas de cinco puntas verdes y marrones.
La ciudad despierta contaminada con el ritmo de las máquinas y camiones de las obras, con el claxon de coches rompiendo la paz de la madrugada. Una tortura de insufribles cacofonías.
A mí alrededor oigo conversaciones, pasos de gente con prisas, ellas con tacones, ellos con zapatos de suela de cuero.
Comienza a chispear, el cielo llora en septiembre. El alumbrado público no funciona, -"Es por culpa de las obras"- dice un hombre. Una mujer está hablando por el móvil, mientras cruza un semáforo, se excusa ante el jefe diciendo que el metro iba mal.

Es mentira; iba como siempre, atestado de gente; sin educación, sin asear, sin dinero. Sin ver; sin escuchar; sin saborear esta vida basura... Sin piel; para no sentir.

He tropezado con una mujer, su maletín casi me da en la entrepierna. Iba hablando con un joven de los objetivos de ventas para el mes de octubre (por lo visto muy complicados), lo escuché antes de chocar. Su voz sonó como un frufrú * entre el caos.

Corta el aire el silbato de un municipal, deteniendo el paso a coches y peatones. La gente murmura; - "Es un escape de gas, los bomberos están trabajando desde hace horas."
-"¡Una superficie de una hectárea y media; ocho alturas, sin contar los dos sótanos de garaje, más de tres mil columnas, treinta camiones entrando y saliendo al día, toda la maquinaria de dentro, no me puede exigir responsabilidad porque un camión cargado de arena se haya metido a descargar en un suelo sin fraguar y haya abierto un boquete...!"
-"Sé exactamente la superficie a construir sin contar las piscinas y espacios verdes. Tú deberías saber que tenemos que terminar antes de Navidad las fachadas que dan a la calle Reina Victoria y a la paralela, Doctor Santero. Tienes tus ayudantes que para algo están; se paga por cumplir fechas de entrega..."-
-"Las prisas acaban en accidente, ya lo sabe. La jornada la hemos alargado hasta las ocho de la tarde. Los hombres no son máquinas que trabajan sin parar."
-"Me da igual como lo hagas¡ Antes de Navidad: las fachadas! Si no, ya buscaré otra solución... Me tengo que ir, ya puedes despabilar a tus hombres para que arreglen el socavón del garaje".

Una sirena, parece de los bomberos. Se alejan. Otro pitido del municipal, está dando paso a la gente; nos ponemos en marcha otra vez. Me pego a la pared, esperando a que se despeje de gente, me voy a tomar un café.
Salgo del bar, vuelve el ruido del tráfico y de las obras; hay un camión con el motor a relentí, una máquina está descargando mercancía y otra parece limpiar el asfalto con agua.

-¡Mierda, me he metido en un charco!- Me he descuidado pensando; otra vez, en la mujer del Chanel número cinco... Despacio sigo mi camino pensando en mi pantalón.

Oigo un ruido insoportable, es una moto que viene por la acera; está muy cerca, se echa encima... -¡Joder tengo que salir de aquí!- Caigo en la obra. El imbécil de la moto se aleja sin molestarse en parar y preguntar que tal estoy.
Se mete un camión marcha atrás; sus gases me están atufando¡ No me ve! Sin pensarlo, doy un paso atrás. ¡Bajo mis pies no hay suelo! Caigo de espaldas... He tenido suerte, la montaña de arena amortigua el golpe.
¡Me hundo en arena, busco a tientas, no encuentro nada! Consigo salir y ponerme en pie, siento un dolor agudo en el tobillo. Creo que me he hecho un esguince.

-¡Socorro, hay alguien ahí!- El ruido de las máquinas impide que mis gritos se oigan allá arriba, Vuelvo a intentarlo. - ¡Socorro, ayuda!- Nadie me oye, la garganta me duele de gritar...
..
Frufrú. onomat. U. para imitar el ruido que produce el roce de la seda o de otra tela semejante.

El Miedo


Ayer era imposible publicar ná...

Me llevé a trepar a dos chavales de la edad de mi hijo mayor. La pared parecía un hormiguero lleno insignificantes cuerpecitos intentando subir por caminos imposibles…

Cada camino es obra de un escalador que se imaginó en su cabeza los pasos a dar, las cicatrices de la roca en donde puede caber una mano, unos dedos o solo uno de ellos. Para escalar; es casi indispensable calzarse unas zapatillas deportivas con formas asimétricas y suela de goma cocida, que se adhiere a la roca como un gato.

Labor sumamente creativa la de equipar una vía… Comparable con cualquier otro tipo de arte. Durísimo trabajo buscar el sitio idóneo donde taladrar la piel de la roca y que sea fiable al cien por cien para aguantar caídas, frío, calor, lluvia y nieve.

Hay caminos (vías en lenguaje técnico) de todo tipo de dificultad. Simplificando mucho, se catalogan del 1 al 9 y con letras a, b y c según la dificultad para llegar hasta el final. Allí hay un descuelgue o reunión (Dos seguros unidos por una cadena de acero de la que cuelga un mosquetón o argolla desde la cual se puede uno sujetar y bajar con total confianza).

La escalada deportiva consiste en superar un tramo de roca a cierta altura, sin ningún tipo de ayuda. La cuerda solo protege en caso de caída; el que cae, queda asegurado al cuerpo de la persona de abajo por medio un aparato “ grigri” y al último mosquetón cosido a la pared por el que se pasó la cuerda.

Un obstáculo en la progresión hacia vías de mayor dificultad (la dificultad suele venir asociada con la belleza y complejidad de los movimientos a realizar para superar un tramo a cierta altura), es el miedo a caer.

Curiosamente, para superarlo hay que caer. Después de la primera vez; se inicia una cuenta sin fin de caídas, unidas inseparablemente a cada día de escalada. El miedo te acompaña siempre; nadie, sinceramente, con la mano en el corazón puede decir que no le afecta.

El miedo por contra, premia al valiente con una dosis extra de adrenalina que no se puede comparar con ninguna droga más placentera (quizás el sexo… lo más parecido). Como el miedo es una sensación muy personal, no afecta a la dificultad de la vía que uno intente subir; un principiante puede llegar a disfrutar más que otro con nivel, al que el paso del tiempo le haya creado un pequeño ‘callo’.

Ayer en una vía desplomada (6 a+), pasé mucho miedo. Una mano la tenía en un agujero, la otra iba a pasar la cuerda por el mosquetón de la cinta express sujeta a la roca y poder descansar colgado de él. En ese instante, mi compañero bloqueó sin querer el aparato por el que se pasa la cuerda.
Fueron cinco segundos muuuuuuuy largos. Me veía cayendo dos metros de cuerda que tenía hasta el anterior seguro más los otros dos hasta que se bloquease más el chicleo que tiene la cuerda para amortiguar las caídas =5m mala rima…

Tomé aire, me cagué en su madre, me acordé de la mía, de lo bien que estaría con alguien en la cama levantándome a esta misma hora… En la última décima de segundo, antes de que se abriera mi mano pude pasar la cuerda y caí solo un metro.
Terminé la vía y cuando bajé; la dosis de adrenalina hizo su efecto, estaba pletórico de felicidad. Disculpas aceptadas, felicitaciones y nos fuimos al bar que es la hora de una birra con bocata vegetal.

¿Miedo? Sí… Bueno… No sé. ¡Hasta el próximo vuelo!

8/9/08

Soneto al Culo

TE CREPITUS PERDIT NIMIUM SI VENDRE RETENTES
TE PROPERE EMISSUS SERVAT TITEM CREPITUS.
SI CREPITUS SERVARE POTEST ET PERDERE, NUMQUID
TERRIFICIS CREPITUS REGIBUS AEQUA POTESTI.

(porfa; que alguien traduzca)

La voz del ojo, que llamamos pedo
(ruiseñor de los putos), detenida,
da muerte a la salud más presumida,
y el propio Preste Juan le tiene miedo.

Mas pronunciada con el labio acedo
y con pujo sonoro despedida,
con pullas y con risa da la vida,
y con puf y con asco siendo quedo.

Cágome en el blasón de los monarcas
que se precian, cercados de tudescos,
de dar la vida y dispensar las Parcas.

Pues en el tribunal de sus gregüescos,
con aflojar y comprimir las arcas,
cualquier culo lo hace con dos cuescos.

Francisco de Quevedo

Lunes




Es lunes

Un lunes siempre es un lunes. Este en concreto es de los insomnes; de los que empiezan cuando terminó el torneo abierto de tenis de los EE.UU. y Nadal no pudo con el guarrete escocés mal afeitado. Lúgubre presagio…

El que escribe, dudó si afeitarse o abrir la nevera en busca de algún tesoro olvidado. Triunfó la segunda opción; en la despensa fría brillaban los restos de una ensaladilla rusa, había que reciclarla convenientemente en mis tripas…

Claro que a esas alturas me había lavado los dientes (entre set y set ). Error; no me sabía a nada la comida. Entonces, otro resto de jamón ibérico auchán tentome de mala manera y sacando con cuidado una tostada de pan con cinco cereales de la marca espigas procedí a combinar jamón y ensaladilla…

En estas andaba, cuando mi pituitaria detectó un fino olor a empanada. Sí era el resto de una de carne que me traje de Galicia hecha por mi tía y que había descongelado por la mañana. Pequé como otras veces con la carne… Hice desaparecer de varios mordiscos una buena ración y una lata de cerveza alemana que no voy decir la marca.

Y de perdidos al postre… qué mejor que un par de magdalenas de la Vera con mermelada de fresa. Pensado y hecho. Acto seguido a la cama (sin afeitarme, pero duchadito que uno es muy macho y descendiente de neardental).

Era la 1’07h de este glorioso lunes. A las 3’35h me despierto con una pesadilla en casa fantasma rodeado de espíritus y fadas de extraño nome. Y no eran de Milladoiro, eran unas cochinas sin lavar como el escocés del tenis. Jadeando me levanto hacer un pis. Acierto con el chorrito, en el último esfuerzo un pinchazo en el estómago…

Busqué las sales milagrosas que disolvieran la ensaladilla-jamonal-empanada-bizcocho de fresa que poseía mis tripas. Tragué la pócima y al poco noté como reaccionaba en mi cuerpo provocando un interminable eructo.

De vuelta a las sábanas el silencio era sepulcral. Roto solo por el ruido de líquidos en mi cuerpo. Me sentí poseído por una manada de espíritus que jugaban con mis tripas… Puse la radio y me dieron las 4h , las 4’30h , las 5h…

A eso de las 6’45h mi fastuoso reloj biológico me despertó antes de que sonara el otro que hace bip, bip, bip hasta que le doy un mandoble. Tiré de mi cuerpecito triste, resacoso, como de una bacanal romana un 31 de diciembre. Logré tomar un té con limón que dejé preparado el día anterior.

El resto es fácil de adivinar… Golpes en la frente con los armarios, calzoncillos al revés, calcetines uno de cada color, un largo etc. que me aburre contar. Dios existe o me ha salvado el puente. He llegado en moto al trabajo!!

No hay gerifaltes en la mina, tampoco mucho carbón que sacar, solo un dolor de cabeza de cajones… Y encima la red va de pena… Sí es lunes, aunque sea puente.

Mi Ángel

Esta poesía se la escribí a Isabel; por su paciencia, cuando alguien me hizo daño.
En esos momentos que no puedes respirar, ella me llenó de oxígeno...

Mi Ángel

Es un ángel sin alas,
sin corona, con sexo.
De los que cogen el teléfono,
a horas intempestivas, de madrugada;
cuando me pierdo en el desierto de la noche.

Le llamo para contarle;
que perdí un trozo de corazón,
en una sonrisa de un niño.
En reflejos del mar,
de unos ojos azules.
En el olor de una piel,
en una caricia soñada.
En una melena rubia,
hundida mi cara en ella.
En unos labios de miel,
en la luz de una sonrisa.
En un beso prohibido,
de lenguas al revés.

En la música de una cintura,
danza del vientre, cascabeles,
de dos cuerpos amándose.
En una voz, alegre;
de musa al atardecer,
de una sirena mojada en la playa,
que deslumbra al sol.

Le digo: siento frío, abrázame,
sácame de aquí, o hazme dormir...

Entonces, mi ángel sin alas,
sin varita, hace magia.

Busca los trozitos míos;
tirados, perdidos en los bolsillos de alguien.
Los recoge, los limpia con un beso,
los pega con poesía, con cuidado, con dolor.

Su cuerpo de mujer,
cura mi alma con un abrazo,
su ser llena de color,
esta locura de vida.

Sus ojos me llenan de mar.
Su pelo rojo, alborotado,
envuelve una ola.
Su voz; bálsamo dulce,
canción de cuna para Piter Pan.

Su nombre no voy a decirlo;
buscadlo por la Tierra, el Mar, el Cielo...

20-05-2005 Santa

6/9/08

Un beso a un Ángel

No creo en los Ángeles, pero existen. Trabajan en hospitales, en plantas llenas de niños enfermos. Donde el futuro es muy corto y los milagros se sortean entre unos pocos.

A uno de ellos dedico este poema, al que tiene piel de mujer y el pelo rojo. Al de los ojos verdes y sonrisa tierna.

Al que con su voz duerme a los niños con un cuento, mientras sus delicados dedos acarician las cicatrices que la enfermedad deja en la piel.

Al que con sus besos consuela a un niño antes de entrar al quirófano.

Un beso de Media Luna

Quien Hace Vive

La memoria de un hombre está en sus besos.

Pero nunca es verdad memoria extinta.

Contar la vida por los besos dados no es alegre.

Pero más triste es darlos sin memoria.

Por lo que un hombre hizo cuenta el tiempo.

Hacer es vivir más, o haber vivido,

o ir a vivir. Quien muere vive, y dura.

Vicente Aleixandre

La importancia de tener memoria

Nuestra memoria es nuestra coherencia,
nuestra razón,
nuestra acción, nuestro sentimiento,
sin ella no somos nada.


Luis Buñuel

5/9/08


La compañía de Danza: FENICIA llega con novedades y esa maravillosa puesta en escena.Cristiane Azem, su directora, sigue innovando en este exótico y bello viaje de Rajastán a España. (es el camino recorrido por los gítanos que vienen de la India y llegan a España, pasando por Persia,Turquia, Centro Europa, Egipto, Francia....¡¡Un viaje inolvidable que nos transporta a esos tiempos remotos¡¡¡¡
Fechas: Del 4 al 10 de Septiembre (solo estos dias¡¡¡¡)
Lugar: Teatro Madrid Dirección: Avda. de la Ilustración S/N (La Vaguada-Madrid)
Entradas: entradas.com ó Telf. 902 488 488

http://www.teatromadrid.com/content/teatro_drom2008.php

3/9/08

Los Miércoles al Sol

Hola Compis!

Segundo día de trabajo, muchas cosas por contar… Imágenes que hablan…

Y como no, una poesía o más…

No sé bien por donde comenzar… Quizás recordando a cinco amigos despedidos.

Curioso que ningún medio de comunicación diga nada ¿no os parece?

Para mi amigo Porfi , el texto con el que trabajo en teatro…

A los que pasáis por aquí, leerlo con atención que un día os puede tocar a vosotros…

Los Lunes al Sol

Australia, Australia sí que es la hostia. ¿Tú sabes cuantos kilómetros cuadrados tiene Australia? Siete millones seiscientos y pico mil. Diez veces esto. ¿Y habitantes? Ni la mitad que aquí. Así que calcula. Calcula a lo que tocan por cabeza. Aquí no salimos a una mierda.

Porque te dan tu parte. Cuando te jubilas. Por una ley que hay. Dividen. Tantos Kilómetros de país los que sean, por tantas personas, tanto. No sé, ponle. Dos kilómetros cuadrados, tres, lo que toque. Y te lo dan. A cada uno su trozo, ¿Te imaginas? Toma, pum, lo tuyo. Para ti para siempre. Y tú haces ahí lo que te sale de los huevos.

Las tías están mucho más buenas. Y la gente está de mejor humor por el clima. El clima en Australia es la hostia. Y luego que van por delante. Diez horas. Ir diez horas por delante tiene que ser una ventaja, ¿no? Digo yo.

Es la hostia, Australia. Son las antípodas. ¿Tú sabes por qué se les llama las antípodas? Porque significa lo contrario. Antípodas. “Anti – podas”. “Lo – contrario”. Lo opuesto que aquí. Allí hay curro, aquí no. Allí follas, aquí no. Antípodas.
-¡Mira ese barco, seguro que esos cabrones van para allá!-

Y luego el agua, que gira al revés en los desagües. Por una cosa de la Física, que se ve que es así. Es la hostia, la Física también. A mí en el colegio se me daba muy bien, la Física… Muy bien. Newton, me acuerdo.

Un personaje, Newton. ¿Tú sabes lo que dijo Newton? Dijo que las cosas caen por su propio peso. Por su propio peso, atención. Que parece fácil de decir, de fácil nada. Que había que estar ahí y decirlo. Ahora sí, claro, cualquiera lo dice, pero cuando Newton llegó y lo dijo… cuidado.
Cuidado. Que no era tan fácil. Que es muy bonito llegar descalzo de la playa y pisar la alfombra, pero alguien tiene que ponerla ahí antes.
Newton, por ejemplo. Llegó y la puso. “Las cosas caen por su propio peso”. Con dos cojones. El tío lo pensaba y lo dijo. Así. Como suena. Soy Newton, lo pienso, lo digo. Pum.
Y creo, creo, que le quemaron por decirlo. Porque antes si llegabas y decías las cosas que pensabas te quemaban, no se andaban con hostias, antes. Quemaron a muchos. A muchos. Gente muy sabia, no sé decirte quien exactamente, pero buena gente. De los que ponen la alfombra, para que luego lleguen los otros y pisen. Buena gente, sí señor. Como Newton.

Les echaban gasolina, o lo que sea que hubiera en la época aquella. Gasolina no, otra cosa, lo que fuera, y a tomar por el culo.

A tomar por el culo, por decir las cosas. Bueno, pues yo igual. Yo como Newton. Me llamo Santa, lo pienso, lo digo. Y al que no le guste que se joda. Que me quemen si les sale de los cojones, que no me callo.
Y además me la suda. Porque soy de amianto, ¿Tú sabes lo que es el amianto? Lo del traje de los bomberos, que entran en los incendios y no se queman. Pues yo lo mismo, ¡De amianto!

¡Que Newton tenía razón! Que las cosas caen por su propio peso. Por su propio peso. Y el que no lo quiere ver, es porque no ve las cosas.
¿Sabes lo que le diría yo a Newton si me lo encontrase yo ahora? En el bar de Rico, imagínate. Entramos y está allí, en la barra… Newton. Le diría: Newton, qué pasa, Newton, tómate algo. Que yo te invito, ¿Y sabes por qué? Porque tienes razón, Newton. Tienes razón…

Lo dijiste tú. Las cosas caen por su propio peso. Y si no las sujetamos, y fíjate bien lo que te voy a decir ahora, Lino…, si no las sujetamos entre todos, se van a caer tan abajo, que luego ya no va a haber quien las levante otra vez. Porque cuanto más abajo están las cosas más cuesta levantarlas, porque pesan más. Eso lo dijo Newton también.

Por eso, por eso le diría, toma compañero, coge de ahí de ese lado, y tú también Lino, vamos a coger esto bien entre todos. Llama a Jose, que venga a sujetar su parte, que esto lo tenemos que sujetar entre todos, a pulso.
A pulso. Porque si se cae, si se cae, fíjate bien lo que te voy a decir, estamos jodidos. Y es tan grande, y tan importante la historia que te estoy diciendo Lino, que uno solo no puede sujetarla. Que tenemos que ser todos.

¡Todos! Tú y Jose y Amador y Rico y todos… Y Newton también. Y que nos quemen si tienen cojones, que les va a dar igual, porque somos como los trajes de los bomberos, que no nos quemamos. ¡Ni nos quemamos ni nos caemos!
¿Tú te caes? Porque yo no me caigo. Cómo cojones nos vamos a caer si estamos ya abajo. Para caerse hay que estar arriba, ¿No? Digo yo.
Eso no sé si lo dijo Newton o no lo dijo. ¡Pero si no lo dijo él, ya lo digo yo: Carlos Santamaría! Que para caerse hay que estar arriba.

Eso es lo bueno que tenemos aquí abajo. Que no nos caemos. Que no nos caemos… Nos sujetamos unos a otros, pegados. Si se cae uno, caemos todos y se le dan por el culo a uno… Pues eso, a los demás lo mismo, porque somos la misma cosa como los siameses. ¡La misma cosa…!


Fernando León Aranoa e Ignacio del Moral

"No es necesario apresurarse. No es necesario brillar.
No es necesario ser nadie más que uno mismo"

Virginia Woolf (Londres 1882-1941) Novelista y Ensayista británica

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