Cuida tus Pensamientos porque se volverán Palabras.

Cuida tus Palabras porque se volverán Actos.

Cuida tus Actos porque se harán Costumbre.

Cuida tus Costumbres porque forjarán tu Carácter.

Cuida tu Carácter porque formará tu destino

Y tu Destino será tu vida...

_____________________________Mahatma Gandhi (1969-1948)

22/9/08

Es Otoño, es lunes...



Es otoño, las gotas de lluvia llenan las aceras de música. Es lunes, el agua cortó las comunicaciones al amanecer.
Ayer te fuiste en una nube. Dejaste mi casa llena de ti. Tu olor en la toalla, en mi almohada… en él, vuelvo a la tarde que te vi por primera vez.
Al beso de prueba que nos dimos sin dudar. Cerré los ojos y saboreé tus labios.

Puertas a dentro, en mi casa, cogimos un ticket a la felicidad.
Madrid te regaló sus mejores luces; su olor de la rosaleda, una puesta de sol en un arco de la calle Alcalá. Abrazada a mi cintura, sentía latir tu corazón a cien, al compás del mío.
El espectáculo del drama unió nuestras manos, los dedos jugaban con caricias,
explorando la piel del otro. Los labios esperaban que los ojos se cruzasen en una mirada furtiva, para juntarse en un beso lento, renacido de otro. Sonrisa, que hacen brillar los ojos de quien la ve.
Paseamos por las arterias de Madrid, hasta llegar a una cueva mágica;
donde el techo son cristales de colores y jóvenes elfos nos sirven los platos de la cena.
De postre, nuestras bocas saborean juntas un helado de yogur griego.

La noche se hizo cómplice, regalando el perfume de los árboles del pintor Rosales. La luna emergía a medias, entre los rascacielos, dibujando el perfil de las nubes. Paseamos por Palacios, teatros, catedrales, puentes rendidos a tus ojos de gata…

La cálida madrugada, nos pilló jugando con la piel del otro. Iluminados por velas de colores, los dedos descargan un torrente de caricias, mis labios saborearon todos los rincones de tu ser, mi ser estremecido por el roce del tuyo. Sinfonía de dos almas que acaban de conocerse y se acoplan como estrellas en cielo.

El día nos regaló el frescor de la lluvia entrando por la ventana; yo apuraba tu cuerpo, acariciando tu rostro como un pincel lo hace con el lienzo, dibuje tu sonrisa y tú la diste vida.
El tiempo separó mi cuerpo del tuyo, desgajándonos por la mitad como una sandía, salpicando todo con trozos de besos, caricias, de versos del despertar... al amor.

Un último suspiro debajo del agua de la ducha, un último roce de piel, que luego caerá presa de telas.

La prisa llama a la puerta, te llevo despacio por la M-30 a tu destino. El asfalto se pega a mi piel. En la despedida, mi cuerpo se resiste a perderte, mil lobos hambrientos devoran mis entrañas, mientras te pierdo de vista.

Una cabriola del destino, nos juntó en la estación. Mi corazón latía salvaje, mi cabeza loca; inventaba planes para vernos lo antes posible…

Ahora sé que no quieres lo mismo.

Es otoño, y en otoño siempre llueve amor. Aunque uno no quiera...

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Virginia Woolf (Londres 1882-1941) Novelista y Ensayista británica

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