Cuida tus Pensamientos porque se volverán Palabras.

Cuida tus Palabras porque se volverán Actos.

Cuida tus Actos porque se harán Costumbre.

Cuida tus Costumbres porque forjarán tu Carácter.

Cuida tu Carácter porque formará tu destino

Y tu Destino será tu vida...

_____________________________Mahatma Gandhi (1969-1948)

12/9/08

La Ciudad Oscura ( 2 y 3)

2. - La obra

En la obra todos trabajan como autómatas programados, desde el peón de obra hasta el jefe de obra. El trabajo es duro de verdad; las mañanas de otoño en Madrid son frías, el medio día sofocante al Sol.
Después del último accidente en que murió un obrero al ser aplastado por una excavadora, todos cumplen las normas de seguridad e higiene en el trabajo escrupulosamente.
Como si eso pudiera devolver la vida a Eladio. Las normas de seguridad no hacen mención alguna a los contratos basura, a jornadas de diez horas, al destajo...
Da igual; dentro de un mes Eladio pasará a la gran lista de los muertos olvidados y su familia; si el empresario no era muy sinvergüenza, cobrará una pensión.

Hoy todos llevan casco, chaleco reflectante, protectores de ruidos en las orejas. Han levantado un esqueleto de ocho plantas en las que se alojarán los clientes del hotel "Jardín Metropolitano".
Por debajo de la planta baja esta el garaje. No han limpiado los escombros y se utiliza como almacén de materiales; los camiones no paran de descargar sacos de cemento, ladrillos, arena.
La jornada de trabajo esta organizada en turnos de doce horas, de tal forma que solo se para de trabajar a las ocho de la tarde. Cuando el encargado no está presente, siempre se van un poco más pronto.

3. - Gusto

La mujer rubia y melena recogida; que lleva el mar mediterraneo en sus ojos con ojeras, la pasión pintada en sus labios granate, con perfume chanel número cinco y vestido rojo con escote, camina deprisa.
En una mano lleva un informe con los objetivos del próximo mes. En la otra un maletín, a su lado un hombre joven con traje gris la escucha con cara de preocupación.
De vez en cuando los ojos del hombre se pierden en el escote de la mujer. Las curvas de su cuerpo, juegan a su favor frente a los hombres. Ella lo sabe.
Por la mañana tropezó con un ciego, casi le da en la entrepierna con su maletín. En el choque; el maletín del ciego cayó al suelo y cuando se agachó a recogerlo, la mano izquierda del ciego que buscaba también el maletín, se metió por su escote.
Se excusaron mutuamente, el ciego parecía feliz de haber palpado su cuerpo en el lance, a ella le pareció que sus manos eran suaves y firmes a la vez. Su perfume Armani. Su tono de voz, demostraba tener controlada la situación en todo momento. Ella perdió la seguridad que le daban sus armas de mujer.
La forma de hablar del invidente le gustó. Respiraba pausadamente antes de hablar. Regalaba las palabras; hizo un comentario ocurrente: - "Encantado de haberme tropezado con usted, cuando desee repetimos la experiencia"- Ella se excusó con el informe de ventas que leía en la calle, con prisa por llegar tarde a una cita.
Deseaba alargar el encuentro, hacía muchos días que alguien no le llamaba la atención, nunca se imaginó que los ciegos fuesen tan seductores.
El joven de traje gris le recordó la reunión. Le miró con desprecio; era un economista mas, de los muchos a sus órdenes. Todos con sus masters del IEES, idiomas y mucha envidia de que una mujer rozando la cuarentena fuese la directora del departamento de Auditoría Interna de la empresa.
Se despidió con un beso en la cara, con su cuerpo rozando el de él.

El olor de Armani mezclado con su piel le acompañó en sus fantasías.

3 comentarios:

  1. Deseando que me cuentes lo del pez!
    Genial todo esto que he visto en tu blog! Gracias por tu visitica al mío! Un saludo

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  2. Me encantan esos encuentros que te marcan el día. Una mirada, un roce, un olor, una sonrisa, unas palabras ... que te enamoran y te ponen a fantasear a la menor oportunidad.

    Muy bueno, Santa, más más más!!!

    Por cierto, yo también quiero saber lo del pez!

    Besos furtivos.

    ResponderEliminar

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"No es necesario apresurarse. No es necesario brillar.
No es necesario ser nadie más que uno mismo"

Virginia Woolf (Londres 1882-1941) Novelista y Ensayista británica

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