“Mire, la vida no es feliz ni infeliz. Ese es un cuento que nos contaron cuando éramos pequeños y que nos quisimos creer. La vida sencillamente ES.
Hoy estamos aquí, nos lo pasamos bien o nos fastidiamos; y eso es todo. Los días y las noches se suceden en filas ordenadas, y aunque a veces queremos adelantar para saltarnos los peores o dar marcha atrás para repetir los mejores, no podemos.
Tenemos que vivirlos uno a uno, todos sin excepción. ¿Para qué? Para aprender. Y usted se preguntará… ¿y para qué aprender? Pues para saber más, para morir más sabios. ¿Qué le parece? ¡Vaya estupidez! Pero es así. Esa realidad la aceptas o no la aceptas, pues es imposible modificarla.
¿Ha oído hablar del ánimo? Viene del griego, ánemos, que es igual a viento, a alma. Es el impulso, la fuerza para continuar. Necesitamos impulsarnos hacia el futuro, saber ver más allá de lo que ven nuestros ojos.
La falta de ánimo de la que se quejan tantos mortales, esa falta de aliento, es lo que produce el resquebrajamiento, la pérdida de interés; la que lleva a no entender el porqué de todo.
Si el ánimo está muy bajo, entra el aburrimiento, y no hay peor peligro que él. ¿Está usted aburrida? ¿Es acaso la razón por la que se viste así y recibe a hombres de esta manera? ¿Lo hace para entretenerse?”
Pág. . 280 de ‘Ella que todo lo tuvo’ de Ángeles Becerra
Hoy estamos aquí, nos lo pasamos bien o nos fastidiamos; y eso es todo. Los días y las noches se suceden en filas ordenadas, y aunque a veces queremos adelantar para saltarnos los peores o dar marcha atrás para repetir los mejores, no podemos.
Tenemos que vivirlos uno a uno, todos sin excepción. ¿Para qué? Para aprender. Y usted se preguntará… ¿y para qué aprender? Pues para saber más, para morir más sabios. ¿Qué le parece? ¡Vaya estupidez! Pero es así. Esa realidad la aceptas o no la aceptas, pues es imposible modificarla.
¿Ha oído hablar del ánimo? Viene del griego, ánemos, que es igual a viento, a alma. Es el impulso, la fuerza para continuar. Necesitamos impulsarnos hacia el futuro, saber ver más allá de lo que ven nuestros ojos.
La falta de ánimo de la que se quejan tantos mortales, esa falta de aliento, es lo que produce el resquebrajamiento, la pérdida de interés; la que lleva a no entender el porqué de todo.
Si el ánimo está muy bajo, entra el aburrimiento, y no hay peor peligro que él. ¿Está usted aburrida? ¿Es acaso la razón por la que se viste así y recibe a hombres de esta manera? ¿Lo hace para entretenerse?”
Pág. . 280 de ‘Ella que todo lo tuvo’ de Ángeles Becerra
Vivir, sacarle tiempo a este presente tan escurridizo y poder llegar a esas cosas del alma... esas que impiden que el ánimo de pierda del todo... para no perder las ganas.
ResponderEliminarQue tengas un día muy animado, Santa. Un beso.
La vida es, estoy totalmente de acuerdo con ello.
ResponderEliminarLa falta de ánimo y el desaliento es lo pero que nos puede pasar. Siempre se debe confiar en uno mismo, siempre hay una salida, sólo se debe escuchar el corazón.
ResponderEliminarSaludos.
Andrea.
Hola Santa, Gracias por visitarme y por tus lindos comentarios!
ResponderEliminarSiempre estás Bienvenido.
Besos.
De casualidad comencé a leer a la señora Becerra, y aunque ahora participa en un diario gratis el ADN creo y los miércoles intenta meterse en camisa de once baras...
ResponderEliminarCADA UNO A LO SUYO, creo.
A lo que voy Angela debería quedarse como una gran narradora e incluso una buena poeta (su primer libro fue un buen poemario. Santa, cuando me lo devuelva mi Gran Hermano, el Vito, te lo puedo pasar, ahora el mamón esta en el cARIBE)a veces ganar los Planetas y ser columnista y salir y salir en los medios te aisla de ser persona de a píe. OJALA nunca nos suceda y siempre sintamos el suelo como la piel que todos compartimos.
Vaya rollete. abrazos felinos. Félix