Piezas de Puzzle

Recuerdos de cómo era el sistema

                                         Solos venimos a este mundo y solos nos iremos, como llegamos. Lo que llaman progreso te irá quitando las cosas que hacíamos de pequeños (y que tanto nos gustaban) para cambiarlas por otras más modernas, de plástico desechable, que manejan otros y que cuestan dinero.
                    Sentirás la respiración y el corazón que te dio oxígeno y vida durante nueve meses, mientras te duermes en el regazo de tu madre (de los recuerdos cuando mamaba de una teta).

                  Jugarás con la pelota y con amigos. Cantarás villancicos, entregarás cartas al rey Melchor y se llenará la vida de ilusión. Nos abrazarán y llenarán nuestra cara de carmín, mientras nos limpiamos con la manga un beso.

                  Conoceremos una cosa llamada cáncer de estómago, que se lleva a tu amigo sin esperar a que cambie los dientes de leche. Que por muy alto y fuerte que parezca tu Padre cuando te lleva de la mano, lo puedes perder en un santiamén.

                  El chupete solo está permitido si eres pequeño y si lloras las monjas se burlarán de ti, castigándote al aula de las niñas (las aulas no son mixtas). Por más que intentes retener ese mar de lágrimas siempre acaba por desbordar la presa que lo retiene.

                  Sabrás que el negro es la ausencia de color, que para tener hermanos hacen falta tres cosas: Papá, Mamá y Amor. Que el blanco es el color del silencio y el arcoiris se forma de muchas maneras: con lluvia, con música o con caricias y risas.

                  Aprenderás a no tirar del rabo a un perro por muy amigo tuyo que sea y que la rabia la contagian las personas mayores.

                Empezarás un puzzle, que terminarás de entender justo antes de desaparecer de aquí.