Otoño; vuelta a la rutina.

Resulta curioso la cantidad de pensamientos metafísicos que se instalan en la cabeza, cuestionando el relax heredado del verano. Nuestra Caja tonta, se llena de mensajes y ofertas para cambiar nuestro letargo veraniego por un sin fin de actividades: cursos de idiomas, bricolage, gimnasio… Por supuesto hay que renovar el ajuar del armario y la casa en general a golpe de tarjeta de crédito en grandes superficies…

El tráfico en las grandes ciudades sigue igual que antes; es decir un caos. Solo que ahora hay que sumarle las obras inacabadas del verano y las prisas por terminar con la compra de libros, material escolar, uniformes…

Al retomar el contacto con amigos y amigas, la mayoría se enfrenta a un atasco mental de cosas que desea cambiar en su vida o a relaciones en pareja en plena crisis…

Donde desemboca todo esto? En un Trastorno Afectivo Estacional que sumado a estar la luna llena hace que muchos nos encontremos ciertos días con el cuerpo del revés y un potentísimo cacao mental…

Insomnios nocturnos, soñolencias diurnas, mala leche generalizada sin embotellar que se regala en cualquier momento.

Mi amigo Juan Manuel me envía este hermoso regalo que quiero compartir con vosotros… En este primer Lunes de septiembre. Que lo disfrutéis!